jueves, 30 de mayo de 2013

CARIES DE BIBERÓN.


CONCEPTO:
La caries del biberón es un término que describe un proceso rápidamente destructivo que afecta a la dentición primaria o decidua de lactantes y niños de corta edad. Se presenta sobre todo en niños con una alimentación por biberón o materna prolongada, y por tanto, un retraso en la introducción a las comidas sólidas, también se asocia con el empleo del chupete impregnado en sustancias azucaradas.

FACTORES DE RIESGO:
Entre los factores psicosociales para el inicio precoz de la ingesta por biberón y que condicionan asimismo el riesgo a caries podemos citar:
• Personalidad
• Situación familiar
• Actitudes personales
• Medio social
• Estado emocional
• Comportamiento del niño.

ETIOLOGÍA:
Aunque la causa principal siempre se ha atribuido al uso prolongado del biberón, al uso del chupete endulzado o a lactantes alimentados al pecho más tiempo del recomendado actualmente se considera que su etiología es multifactorial, y por lo tanto, más complicada que la simple instauración del hábito. La presencia de una sustancia azucarada en la boca, la existencia de microorganismos acidógenos y la susceptibilidad del huésped son los distintos factores que al interaccionar conducen a la aparición de estas lesiones cariosas tan agresivas. Los factores del huésped (maduración y grado de mineralización del esmalte, factores salivares e inmunológicos) no están todavía bien documentados.
En cuanto al biberón el hábito puede ser nocturno o diurno, lo que determinará patrones distintos de afectación de los dientes. El más frecuente es el patrón nocturno, en el que el niño se queda dormido con el biberón en la boca. La conversación con los padres por lo general revela un factor común, el niño era acostado (en la siesta o por la noche), con un biberón con leche o alguna bebida azucarada (jarabes vitamínicos, zumos de frutas, etc.), el niño se duerme y la leche o líquido azucarado se acumula alrededor de los dientes brindando un excelente medio de cultivo  para los microorganismos acidógenos (Streptococcus Mutans), y esto, unido a la disminución del flujo salivar que se produce durante el sueño agrava la situación dando lugar a un ambiente altamente cariogénico propiciando así la aparición de caries agresivas de localización preferente en el maxilar superior, siendo los incisivos superiores los dientes más afectados.
Cuando el hábito es diurno, “niños que llevan el biberón a cuestas todo el día”, se afectan menos los incisivos superiores y aparecen caries en lingual de molares mandibulares.


CLÍNICA:
El aspecto clínico de los dientes en la “caries de biberón” en un niño de 2, 3 ó 4 años de edad es típico y sigue un patrón definido. Se caracteriza clínicamente por la rápida progresión de lesiones en superficies lisas poco susceptibles a la caries, localizadas sobre todo en la región del maxilar superior. Existe afectación temprana de los dientes antero-superiores y de los primeros molares temporales superiores e inferiores. Debido a la secuencia normal de erupción dentaria, los caninos y segundos molares se afectan con menos frecuencia, por llevar menos tiempo expuestos al medio. Los incisivos inferiores por lo general no están afectados ya que están protegidos por el labio inferior y la lengua. Cuentan también con otro mecanismo protector que es el que desempeña la saliva proveniente de las glándulas salivares sublinguales en íntima proximidad.
La distribución de las lesiones está en relación con el trayecto del líquido desde que sale del biberón. La lesión afecta sobre todo a las superficies vestibulares (en contacto con labios) de los incisivos superiores y las superficies oclusales de los primeros molares. La lesión inicial aparece generalmente en la superficie vestibular de los incisivos maxilares, cerca del margen gingival, como un área blanquecina de decalcificación en la superficie del esmalte poco tiempo después de hacer erupción. Estas lesiones llegan a pigmentarse con un color amarillo claro y al tiempo van extendiéndose lateralmente hacia las superficies proximales (en forma de circunferencia) y hacia abajo en dirección al borde incisal.
En estadíos más avanzados llegan a confluir las lesiones interproximales (caries circunferenciales) provocando la fractura patológica de la corona al mínimo trauma.
Debido a la rápida destrucción, en esta afección está involucrada de forma precoz la pulpa. En caso de que este síndrome no sea tratado a tiempo, irremisiblemente la caries del biberón llegará a ocasionar una serie de problemas:
• Problemas estéticos.
• Dificultad para la masticación.
• Dificultad para la fonación.
Malposiciones dentarias por alteración de la erupción de los dientes permanentes que les suceden.
• Instauración de hábitos perniciosos como la interposición lingual o labial.
• Aparición de infecciones y abscesos dentarios.


TRATAMIENTO:
La caries del biberón, desde el punto de vista terapéutico, es sin duda una de las condiciones más difíciles y retadoras con las que se enfrenta el profesional odontólogo que trabaja con niños, puesto que las posibilidades terapéuticas en muchos casos se encuentran limitadas, por una parte por lo avanzado de las mismas, y por otro, porque debido a la corta edad de los niños su cooperación se hace difícil. Otro aspecto importante para el éxito de nuestro tratamiento es la actitud de los padres hacia la enfermedad, ya que el abandono del hábito es fundamental para evitar posteriores recidivas así como la aparición de nuevas lesiones.
Lo primero en el tratamiento de la caries del biberón es eliminar el agente causal, para lo cual necesitamos la cooperación del niño y, sobre todo, la de los padres. En segundo lugar se realiza un plan de tratamiento restaurador definitivo, que estará en función de la cantidad de dientes afectados, la gravedad de las lesiones, la edad del niño, la actitud de los padres y del niño, los medios disponibles, etc.


PREVENCIÓN:
En la prevención de la caries por el síndrome del biberón debemos atender a tres fuentes principales: el pediatra, los padres-abuelos y el odontólogo.
El pediatra está en una excelente posición para informar a los padres acerca de la caries de biberón antes de que se produzca la primera visita dental, y además los padres tienden a ser muy receptivos a sus consejos. De este modo, el pediatra revisará las estructuras dentales y recomendará visitar al odontólogo en cuanto empiecen a erupcionar los dientes, para hacer las recomendaciones pertinentes, que atienden fundamentalmente tres aspectos:

Instrucciones dietéticas generales
Según la Academia Americana de Pediatría se debe interrumpir la lactancia materna y comenzar a administrar el biberón a los 9 meses y finalizarlo a los 12 meses (AAP, 1985). Para no interrumpir el biberón de golpe (abandono del hábito) se puede sustituir su contenido por agua, diluyéndolo paulatinamente.
Lo normal es que lleve de una a tres semanas con una resistencia por parte del niño, así como algunas noches sin dormir por parte de los padres.
A pesar de que un gran porcentaje de padres saben de estas medidas, muchos no las ponen en práctica o al intentarlo fracasan. Varios investigadores están de acuerdo en que muchos padres no están dispuestos a someterse al estrés del destete temprano o la retirada del biberón.
No siguiendo las recomendaciones de salud se obtienen otros beneficios: el niño no les despierta por la noche, no hay conflicto.  En la mayoría de los casos los padres eligen la última alternativa, arreglar las secuelas de la enfermedad.

Nuestras recomendaciones dietéticas van a ser:
– Desaconsejar el uso del biberón o el dar de mamar cuando el niño se va a dormir. Por la noche únicamente se puede dar al niño agua.
– Sostener al niño mientras se le alimenta, si el niño se duerme durante el amamantamiento debe ser despertado y después acostado en su cuna.
– No deben utilizarse sustancias con potencial cariogénico elevado como miel, mermelada, leche condensada, zumos de fruta, etc. para impregnar el biberón o el chupete.
– Reducir en lo posible el consumo de sacarosa por el niño entre las comidas.

Instrucciones de higiene oral:
El mantenimiento de una buena higiene oral establecida a una temprana edad es básico para la prevención de las caries. Sin embargo, la higiene oral en los niños de esta edad suele ser de efectividad dudosa, por lo que deben ser los padres quienes la realicen y reciban instrucciones para ello. Deben limpiar con una gasa los restos de leche u otra sustancia azucarada de la boca del niño e instaurar el hábito de cepillado en cuanto los dientes hagan erupción (sin pasta dentífrica hasta que el niño aprenda a no tragársela). En niños menores de 6 años, por tanto, el cepillado dental debe ser dirigido y supervisado por los padres.

ADEMÁS ES DE SUMA IMPORTANCIA MENCIONAR QUE CUALQUIER PROFESIONAL DE LA SALUD Y EN ESPECIAL AQUELLOS RELACIONADOS CON LA NUTRICIÓN, ORIENTEN A LOS PADRES DE NIÑOS DE LAS EDADES MENCIONADAS PARA EVITAR QUE APAREZCA LA CARIES DE BIBERÓN.


M.C.D. ENRIQUE ESPARZA POSADA
CIRUGÍA BUCAL Y NUTRICIÓN CLÍNICA


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